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Reseña: Puddle Knights (Nintendo Switch)

El principio de Puddle Knights es simple. Los obispos y las damas de la tierra deben permanecer presentables al atravesar terrenos embarrados. Afortunadamente, tienen a sus caballeros con ellos, que se mueven alrededor de cada plataforma para cubrir el barro con sus largas capas para que la nobleza pueda pasar sin ensuciar sus elegantes ropas.

Además de los charcos de barro, existen otras barreras en el camino. Los caminos son angostos, lo que dificulta dar la vuelta en un cabo largo. También hay cercas, arbustos y otros obstáculos por los que debes sortear. Algunos caballeros tienen capas que se pueden rasgar, así que puedes dejar algunas sobre un charco y continuar creando otras cruces en otros lugares. Otros tienen capas brillantes que no se rompen, lo que significa que tienes que pensar un poco diferente sobre cómo los vas a mover.

El juego se divide en siete mundos, cada uno con una docena de niveles. Cada mundo presenta nuevos desafíos, desde plataformas elevadas y puentes levadizos hasta hogares que evitar. Esto agrega una nueva capa de complejidad a los acertijos que debes resolver cada vez.

La jugabilidad de Puddle Knights es, en última instancia, muy simple. Tú controlas a los nobles y cuántos caballeros tienen con ellos para permitirles cruzar con seguridad a la meta al final de cada nivel. Los primeros niveles son bastante sencillos y ofrecen problemas simples para ayudarlo a acostumbrarse a cómo se mueven los distintos personajes e interactúan con su entorno.

Sin embargo, Puddle Knights se vuelve difícil muy rápidamente. Para un juego alegre que es todo brillante, colores primarios y una linda encarnación de la caballería, esto puede ser brutalmente difícil. Realmente te hace pensar en cómo hacer las cosas y es muy fácil caer en una trampa que no te deja más remedio que restablecer todo el nivel. Sin embargo, no es en detrimento del juego. La satisfacción que sientes cuando finalmente descubres un rompecabezas en el que estás atrapado es increíble.

La simplicidad del diseño general también se suma a esto. La forma en que se construyen las plataformas es clara. Las reglas son fáciles de entender. Los colores brillantes hacen que cada personaje se destaque del barro y el hielo en tu camino. Todo se combina para crear un estilo claramente lindo que no te distraerá cuando intentes concentrarte en un rompecabezas complicado.

No hay muchas opciones para volver a jugar Puddle Knights, a menos que dejes cada rompecabezas el tiempo suficiente para olvidar la solución y volver a él relativamente nuevo. Pero no es nada caro y, con 129 niveles, aún obtienes mucho juego por tu dinero.