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Reseña: Headland (Nintendo Switch) –

Ubicado en un mundo de fantasía vibrante, Headland te da la misión de proteger una tierra linda y colorida de un villano que amenaza la imaginación misma. Headland existe en un sueño y juegas como Nor, el único que puede salvar a los adorables habitantes.

Inmediatamente te sumerges en la acción. Al llegar a Headland, ves un grupo de bellotas traviesas que molestan a tu amigo robot. Después de derrotarlos, tu amigo es acosado aún más por el villano principal de la obra, quien le roba el núcleo de su imaginación y lo divide en fragmentos. A partir de ahí, tu tarea es explorar todo Headland en busca de los fragmentos para reparar el Imagination Core y restaurar Headland a su estado divertido y pacífico.

Estableces una base en una balsa flotante poblada por varios robots. Desde aquí, puedes mejorar tus armas, intercambiar tu experiencia por más salud o poder, y perfeccionar tus habilidades en plataformas de combate detrás de puertas desbloqueables. También puedes acceder al mapa del mundo, que a su vez te da acceso a los diferentes niveles donde salvarás a los aldeanos, ganarás experiencia y encontrarás los fragmentos del núcleo de la imaginación.

Headland tiene una mecánica bastante simple. Tienes botones para atacar, esquivar y bloquear. Aparecen enemigos cada vez más difíciles y te abres camino a través de ellos hasta que tu camino está despejado. Además de la experiencia, recolectas materiales que usas para mejorar tus armas y la balsa. El combate no es complicado, pero si no tienes cuidado con tu salud y potencia, aún puede ser difícil.

La ambientación de ensueño está muy bien integrada en la jugabilidad. Justifica la estupidez del mundo poblado por robots, ranas gigantes y bellotas descaradas. Cuando eres derrotado, se te pide que vuelvas a imaginar la aventura, lo cual me parece lindo.

La mayoría de los enemigos que encontrarás en Headland son criaturas infames pero adorables que existen en la naturaleza, pero tus principales enemigos son los Pale Guards. Estos soldados que marchan en escala de grises te arponearán si te ven y son la principal amenaza para la alegría y el juego del promontorio.

Tu batalla con ellos se convierte en una pelea de jefes que requiere una cantidad sorprendente de estrategia y presenta a un villano verdaderamente espeluznante. Para una salchicha gris enfadada, su mirada fija y su boca oscura y agrietada dejan una gran impresión. Esto culmina en un final que transmite un mensaje muy dulce sobre cómo conservar la creatividad más allá de la infancia.

En general, Headland no tiene una gran complejidad. La misión, los controles, la jugabilidad y el mensaje son relativamente sencillos. Pero todos están bastante bien construidos, y la simplicidad del juego se presta a su calificación E. Es decididamente accesible para el público joven, con colores brillantes y una lección saludable.